Estoy en la cima del reloj de la Puerta del Sol. Llevo tacones como rascacielos de altos. Estoy bailando y toda la Puerta del sol está hipnotizada conmigo. Todos y cada uno de los hombres la tienen dura por mí. Por toda la ciudad, novios a punto de casarse están cambiando de opinión por mí.
De repente hay helicópteros. Focos. Sirenas. Ahora estamos en América. Estoy en la cima del Empire State Building. Soy la mujer que sale en King Kong. Puede que sea la mujer más pequeña que haya existido nunca. Mi vestido está desgarrado; parte de mi pecho está al descubierto. Me aprieta con fuerza, King Kong. Me echa su aliento húmedo y caliente de gorila que huele a sangre y carne y que empapa mi cuerpo. Me aprieta otra vez y se ríe. Ahora ya nadie mira. Sólo somos yo y Kong. Sé que el fin del mundo está cerca pero antes de que esto pase él me va a hacer suya. Me va a desgarrar. Entro en pánico. Grito. Me despierto. Me corro.