Poesía visual pura, O Ninho (El nido) se revela en los detalles. Con una trama minimalista, la narración se hace por casualidad; la curiosidad de un chico, suscitada por una mera casualidad, desencadena el inicio de una red de afectos. En el escenario, Carlos Silva, autor y único intérprete de la obra, aparece en una acción mesurada, que cobra fuerza con la expresiva, emotiva y sorprendente obra plástica de Leonor Bandeira. Con una ambientación con pocos artefactos, un solo personaje principal, tres elementos secundarios y una banda sonora que complementa todo. O Ninho (El nido) es un proyecto notable, que deja al público, niños y adultos, con unas ganas inmensas de dejar volar la imaginación.