Braulio y Mari Carmen son una pareja normal. Ella trabaja de cocinera en el comedor de una escuela, y él espera un postergado ascenso en la empresa en la que ha trabajado toda su vida. Suelen pasar sus 14 días de vacaciones, en una antigua caravana, en el mismo camping, años tras año. Allí han creado una agradable rutina con sus vecinos de acampada y aprovechan para festejar su aniversario de boda por todo lo alto. Pero este año es distinto, para congraciarse con su jefe y emular a su eterno contrincante de ascenso, Braulio ha decidido pasar las vacaciones en una playa casi desierta. A pesar de que hay un cartel que prohíbe acampar, a pesar de la falta de cobertura y aislamiento del lugar, y sobre todo, a pesar de que Mari Carmen odia el mar, lo detesta, le provoca mareos y terribles pesadillas.
El día comienza sin problemas, Mari Carmen prepara el desayuno mientras Braulio se pone con sus crucigramas. Pero todo se tuerce, la tormenta nocturna ha arrastrado hasta la orilla un cadáver. Es una mujer. Y es negra. La pareja se desespera, se asusta, maldice y despotrica contra su mala suerte. Es imposible llamar a la policía, primero porque no hay cobertura y segundo porque esto los delataría ya que han acampado en una zona ilegal. Intentan devolver el cuerpo al mar, pero es imposible. Entonces toman una decisión, van a seguir con su vida normal, van a disfrutar de la playa y la agradable brisa marinera.
Tragedia y humor absurdos que se mezclan con verdades tan descarnadas como la vida misma.